Siéntate, papá, porque tengo que hablarte,
siéntate, que hoy voy a decepcionarte,
hoy me toca hacerte sufrir
porque soy distinto del abuelo y de ti.
La lotería genética
no entiende de ética
y me ha truncado la atracción
en otra dirección,
en la equivocada, y hoy
espero que me quieras por quien soy
y no por lo que soy, puesto
que, papá, yo soy diestro.
¡Marcha, criminal, que no estoy por quererte
como el animal que eres de sangre y muerte!
¿A cuántos vas a matar,
luciéndote entre tanto macho bestial?
Clavarás tu espada
en la confiada espalda.
Ponte de rosa, que crezca tu pelo,
y trénzatelo.
Cobra por derramar sangre inocente,
vestido de mallas delante de la gente.
¿Cómo puedes hacernos esto?
¡Mejor homosexual que diestro!