Hemos vuelto a encontrarnos
muchos años después de un follón
que pareció enemistarnos
para siempre.
Aun siguiéndonos viendo,
nos hablábamos sin ilusión,
sin motivo y ¡qué estúpidamente!
Pero los años pasaron,
y un día, sin saber por qué,
nuestras auras reencontraron
el sentimiento perdido aquel,
y yo soy un poco más feliz, y a veces, también pienso que
hay que ver qué útil es
que en la vida, en todo, haya un final,
que fracasen también
el mosqueo y la enemistad
y que vuelva a tenerte junto a mí,
y tú sepas que, cuando me necesites, yo estaré allí.
Tanta chorrada como hubo
y la cizaña que metió quien yo sé,
que fue el único en perder al final,
y entre una cosa y otra,
y sin necesidad de aclaración,
no ha pasado nada, y aquí estás,
y aquí estoy.
Ya sólo hay buenos recuerdos,
lo que tampoco entiendo muy bien.
Revolver en ello, empero,
no se me ocurrirá hacer,
y he de pluralizar, porque me ha pasado más veces.
Hay que ver qué útil es
que en la vida, en todo, haya un final,
que se acaben para bien
el mosqueo y la enemistad
y que vuelva a tenerte junto a mí,
y tú sepas que, cuando me necesites, yo estaré allí.